Siempre he sido buena para comer, lo que no implica que coma todo el día y que tenga pronóstico de morsa al corto ni largo plazo, porque una cosa es comer bien y la otra es comer como camionero. Cuando era aún más una nena, me encantaba salir a comer con mi papá, o las celebraciones de los familiares en lugares ricos. Ya de más grande, con el gentil auspicio del galan de turno, me ví por varios lugares muy en onda con comida de todo tipo, en lugares sofisticados, medianamente sofisticados, con cero intencion de sofisticación, con especialidades internacionales, chilenas, caseras etc etc. y con la historia que tengo tan ligada al mundo gastronómico de donde he salido más que trasquilada y de la cual casi repetí exactamente el mismo patrón, porque me estaban vendiendo la misma fantasía por segunda vez y yo la oía sabiendo que era repetida, y esforzandome por poner caras de interés cuando en realidad era ''ya me sé todo lo que viene ahora'', porque a veces si creo que voy de vuelta, por eso mi comportamiento es altamente sorpresivo, pero porque una sabe, pero se hace la que no sabe no más, para no perder el encanto se comprenderá. Porque entendí que hay una especialidad que los deja igual, de hecho con los mismo gustos y yo como víctima según dirá la malla curricular, en donde sale este filete primer corte y entran unas guatitas envueltas en papel de diario de carnicería de barrío. Y como dice el dicho cada oveja con su pareja... se respeta el sabio refrán, porque esta brutalidad de la naturaleza sobrepasa los límites de la perfección, o no? por eso le cuesta tanto encontrar la exclusividad que la nivele...
Por lo que debido la circunstancias, esta vez ya voy preparada, porque dos veces sí, tres veces ni cantando he dispuesto de un nuevo filtro más en la existencia, para hacer más exclusiva aún la selección.
Filtro numero 3: ''Queda marginado cualquier ser del sexo masculino, que conozca más allá de la preparación básica de un huevo''
Se entendió?
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