sábado, 4 de julio de 2009

Para ustedes

Dedicado a todos ustedes, que me hicieron sentir especial y muy querida, a todos los que demostraron tanto hacia mí...
Mi despedida fue apoteósica, porque tuve visitas solemnes, porque recibí millones de mensajes, felicitaciones y mas abrazos que en todos mis cumpleaños y años nuevos de la vida. Pude compartir con muchos, y terminar como corresponde, porque recibí mas cariño que el papa, y estoy faraónicamente orgullosa de todo mi entorno, porque mis amigas están padeciendo un estado de envidia exquisita conmigo, que me lo celebraron y porque varios se lucieron dejandome muy en claro la calidad de personas que son y jamás pensé que haría llorar a muchos con mi partida, pero ver la emoción de los demás es demasiado gratificante, no se compara con nada tanta felicidad y tanta expresión, si ya me veía recibiendo el premio nobel de la paz...(=))
No salí con mi caja como es el rito, porque herede todo lo que tenía, hasta el destacador con olor a manzana me lo pidieron, mi corchetera personalizada y todo lo que tuve en este período quedo allá con un montón de personas increíbles, en un lugar que se transformo en algo mas que mi pega, y en realidad viviendo esto, que no tiene precio, no hay como describir como mi vida cambio y como sigo de aquí a las estrellas. A veces una no tiene idea de lo que es capaz de sembrar con ser así no mas, no tenía idea lo que podría provocar en la sensibilidad de las personas, que hasta soñaron mi partida echándome de menos y disfrute los últimos momentos que tuve con ellos como si me fuera a morir, porque cuando te hacen entender lo importante que se puede ser, cuando uno realmente aporta sin saber como ni con que....
Así es, me fui con bombos y platillos, con dos toneladas de cariño recibido, con el corazón más grande que el funeral de Michael Jackson, con flores, regalos, recuerdos positivos que no pretendo olvidar, porque si ya no estaré todos los días, me haré presente la vez que pueda, porque mi evolución no podría cambiar mi origen porque me siento como la cenicienta en el final del cuento feliz, demasiado feliz. Llevándome un montón de personas demasiado especiales y quizás algo más, no me queda otra cosa, que agradecerles tanta manifestación por mi persona, por todo lo que vivimos, las horas de risas, millones de momentos, tantas cosas! y lo más seguro es que muchos de estos contactos van a llegar conmigo hasta el final de los días de mi vida. GRACIAS.

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