martes, 12 de mayo de 2009

Anticampaña

Cuando en un grupo social variado, donde curiosamente andan todos emparejados y encontrar un soltero o soltera es como ver la playa despúes del naufragio, no se entiende la misión que se toman todas aquellas almas cercanas, que con tal de salvar su vida se juran angeles enviados del cielo para salvarle la moral al soltera y arman sin consultar la campaña, ''un pololo para la soltera.sin.compromiso''. Se cabecean y sufren pensando en que candidato tienen cerca para presentar, andan preguntando si se conoce a alguien disponible, ojala sin hijos, porque aún no llegamos a esa etapa, en que si van algunas. Te enumeran en una serie de aptitudes y bondades dignas de agradecer, es the real campaña donde se marketea de lo mejor a la candidata, si las campañas presidenciales no son nada al lado de la magnitud del esfuerzo demostrado, destacando todos esos atributos que dejarían feliz a cualquiera, ya que al parecer la meta es que no vaya a quedar nadie sin tren en este mundo, y eso que algunas no hemos ni comprado pasajes.

Mientras que la última que sabe de la campaña es la afectada, y no queda nada más que hacer que reconocer ''la molestia'' que se dan las amistades de andar haciendole la pega de buscarse ''alguien''. Ahora bien, ¿Porqué no preguntan acaso si se está en condiciones de ser polola otra vez?, sólo porque el entorno así lo amerita, porque aseguraría que a muchas les encantaría tener la disponibilidad que tiene la soltera sin huacho ni guagua, para hacer lo que quiera, y vivir del regaloneo infinito de la casa paternal, en donde come rico siempre, la mamá amorosa le paga las cuentas cuando la ve afligida, no tiene idea cuando se cambia el gas y duerme hasta tarde el fin de semana. Es libre de elegir que hacer o no hacer, a que horas dormir y quizas cuando no dormir. Porque a nadie se les explica las salidas improvisadas y compromisos a última hora, porque es tan increíble la soltería a veces que me da la idea que ese afán de hacerla entrar a las ligas comprometidas es pura envidia no más.

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