domingo, 12 de abril de 2009

Feliz Domingo de Huevitos!

Cuando era una nena todavía, recuerdo perfectamente como se vivía el domingo de pascua de resurrección, como ya lo comenté estuve en colegio católico que más que nada se nos transmitia el sentido real de la semana santa, y todo comenzaba con la cuaresma, poco despúes de haber entrado a clases. Nos hacían dibujar el domingo de ramos, los sacrificios de la época, las pasiones del Señor y finalmente nos premiaban con un huevito de chocolate al finalizar los 40 días. Merecido premio post tanta tortura psícologica sobre nuestra existencia en la tierra, que por poco casi no estuvimos en este mundo, si al hijo del de arriba le hubiese dado lo mismo la humanidad y terminando la última cena, bien celebrada con los discípulos, con una buena dosis de sangre de cristo en el cuerpo, le hubiera dado por defenderse del tal Poncio Pilatos y deformarle la cara a combos a ese Judas por traidor. Pero no, la historia biblíca dice otra cosa; finalmente resucitó. La cosa es que los huevos de chocolate como símbolo del acontecimiento, que no se porqué los asociarón a conejos, que bien sé que se reproducen por crías vivas, y no huevos, pero en fin.
Una esperaba ese domingo ansiosa pensando con cuantos chocolates se encontraría en el jardin, rogando que el conejo fuera mas generosa con una, que con las vecinas, y llegada esa mañana, recuerdo que por lo general estaba nublado, partia corriendo a buscar mis huevitos, y con una canasta de mimbre iba recolectando afanosamente. No tengo recuerdos de haber recolectado miles de esas golosinas, pero era inmensamente feliz con los que me tocaban, los más grandes como del porte de mi mano, con crocantes dentro. Lindos recuerdos.

Si miramos como anda el panorama en la actualidad, la situación se vive más a o menos así. Muchos en la playa muy de traje de baño, porque el clima lo permite. Nada de pasajes en los terminales, harta ida a Mendoza a comprar ropa de cuero y los huevitos que ahora se encuentran hasta en las farmacias. Antes casi andaban todos escondidos adquiriendo los símbolos de chocolates para que el misterio se mantuviera, pero ahora se puede pedir que los huevitos sean de las princesas, ya que se encuentran en todos lados en stand gigantescos con una gran oferta de las golosinas en millones de versiones, y las promotoras muy de orejas ofreciendo la novedad del año, el huevo de 600 grs. No sé que les dirán los papas a los niños frente a eso, porque no creo que se traguen la historia del conejo, a menos que sean unos parvulos todavía. De todas maneras, me alegra eso que por la compra de un chocolate se haga más feliz a los niños, (hace no mucho tiempo, me regalarón tantos, pero tantos huevitos, que creo llegué a tener al arterias tapadas con el producto y casi mori de acné fulminante, pero fui feliz) o a la familia si es que se quiere compartir con todos, y que si ya la realidad de la fecha ha cambiado, por lo menos sirva para que las personas que vivan lejos se junten y compartan, se queden descanzado en familia, o el más estresado y ermitaño se pueda encerrar estos días a darle rienda suelta a la flojera, y ya por último resuciten algunos este domingo. Aleluya!

No hay comentarios: