domingo, 9 de junio de 2013
Morita
Morita 5 años cumplía. Ese día brillaba el sol que en su ventana veía. Era un domingo de octubre. Ella pensaba en lo grande que ahora era, miraba con entusiasmo a su hermana, que apenas hablaba. Pensaba lo que harían juntas cuando ella caminara. Se imaginaba que con ella juntas jugaban, en una plaza cerca de su casa, donde también iría Pina, que seis años tenía.
Fiesta de cumpleaños soñaba, sabía que piñata y torta tendría, además de una vela morada. Soñaba con ese día de abrir regalos, que en papel de colores vendrían, se imaginaba que en cada bolsa encontraría, nubes para volar en el cielo, besos para poner en su cara, abrazos para sentir calor y un arcoíris lleno de color.
Su abuela una torta fabricó, mucho manjar usó.
Su padre muchos besos le dio.
Su madre lápices de colores le regaló y ella muchas hojas pintó.
Su hermana ese día caminó.
Morita feliz se durmió.
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