Cumplí veintinueve años, y no puedo creer como pasó tan rápido el tiempo, si apenas ayer había celebrado el último cumpléscandalo del siglo (ese del año anterior que tuve que editar para proteger la identidad de algunos) porque haber puesto un caño en el depto, usar vestidos y mostrar harta pierna entre sushis y kir royal fue el escándalo del año, y mi cómplice y yo marcamos el precedente frente a mis eventos privados y este año juramos portarnos bien. y así fue como celebré lo último de esta feroz década de la vida, donde hicimos todos los salud de la noche porque finalmente nos mantuvimos sobrias, subimos el nivel del champagne y esperamos que se fueran todos los drámaticos asistentes (dramas pasionales, desiluciones, celos, y cuanta cosa permite desvincular el mismo día de mi cumpleaños, a los menos adaptados para ser parte de mi vida) así que una vez que quedarnos con sólo los que iban al principal objetivo, comenzamos a pasarlo como nos gusta.
Me prometo que estos 29 años serán mas lujosos que los 28, que los términe con todo nuevo, pega, auto...y doble airbag -lo que ya no es secreto para nadie-
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