viernes, 9 de septiembre de 2011

Vivir


Pongo los tacos en una bolsa y camino con zapatillas, leo más y veo menos TV. Dejo las tarjetas de crédito en mi casa e intento comprar y pagar menos. Como menos tonteras, y disfruto más las lechugas, muevo más mi humanidad mientras libero de -manera natural- la tensión y el stress propio de la vida actual. Disfruto más conversando con mi sobrina que con adultos fomes, llenos de problemas, de sueños materiales y adquirir lo que no necesitan. Espero menos de las personas, para asombrarme más. Llevo los perfumes en la cartera y los uso cuando quiero porque no hay ocación más especial para ello que cada día. Olvido a propósito el celular, porque no quiero depender más de él. Me levanto más temprano, y así no ando apurada. Disfruto un dulce o un chocolate si me lo regalarón y no le ando midiendo las calorías. Hablo menos y escucho más, dejo la historia atrás y sigo adelante  sorprendiéndome  día a día con lo que la vida me va mostrando, y agradezco.




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