sábado, 4 de junio de 2011

Un corto.



Esa mañana habia una particular resaca producto de tres mojitos de la noche anterior, pero despúes del desayuno y la conversación en la mesa, había que deshalojar la habitación en donde se había dormido las últimas semanas de su vida, muy lejos de su hogar. En las maletas y bolsas apenas cabía tanto recuerdo y regalo para la familia, pero ya estaba todo listo para partir. La puerta de la habitación 812 se cerró sola menos mal, ya que con tanto equipaje no tenía como hacer la simple acción. El ascensor estaba en el piso 8 con alguien dentro que amablemente la espero para subir y bajar juntos.

-¿Dónde vas? pregunto él, luego que ella le dió las gracias por esperarla, y continúo una conversación de 5 segundos.

A la salida él volvía a abordarla, pero ella se vuelve inusualmente nerviosa con las acciones de galantería de alguíen que la llega a impresionar. Se subío al auto y ella se fue.
Minutos despúes en el aeropuerto se volvierón a ver, tal como él le dijo que sucedería. él se despidió, le guiñó un ojo y partió. Él esperaba en el fondo que ella también fuera en su vuelo, pero ambos sabían que eso no ocurriría.
Cursi y románticamente se mirarón hasta que él desapareció. Ella llegaría al mismo destino que él, un par de horas despúes, cuando ya no quedarían rastros de su persona, o problamente ya estaría en otra ciudad.






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